La arquitectura de un módulo computacional facilita la innovación al permitir la creación de soluciones más complejas y eficientes mediante la composición de módulos existentes. Facilita la adaptación y mejora de sistemas al proporcionar un marco estructurado para integrar nuevas tecnologías y enfoques. Además, fomenta la experimentación y el desarrollo de nuevas arquitecturas que pueden resolver problemas específicos de manera más efectiva, impulsando así la evolución tecnológica.